viernes, 2 de diciembre de 2011

Amazona

Pasión, de eso se trata mi vida con los caballos. Lo fantástico fue lograr a partir de eso, una profesión y un estilo de vida.

Desde muy pequeña necesitaba acercarme a ellos. De hecho, producto de mi insistencia, unos de los mejores regalos que recibí de mi padres, fue una yegua zaina oscura, preciosa...
Lo significativo era que nadie, absolutamente nadie, en mi familia, tenía afinidad por los caballos.
Ocurrió algo maravilloso: después de mucho potrear descubrí mi veta deportiva y -más aún- la competitiva al iniciarme en el año 1971...
El Club Hípico Monte Grande fue mi cuna de atleta. De él me llevo ¡los mejores recuerdos! Y aunque en mi carrera como amazona representé y represento a otros clubes, siempre Monte Grande tendrá un lugar privilegiado en mi corazón.
Apasionada, generadora incansable, logré muchas de las cosas que me propuse. Seguramente, a la vista de otros fueron de perfil muy bajo, pero les aseguro que han dejado una riqueza inconmensurable en mi ser, en mis alumnos, en los caballos y las instituciones. También sé que perdurarán en el tiempo.